miércoles, 28 de octubre de 2015

EL CADÁVER DE ANNA FRITZ (2015). Héctor Hernández Vicens

El universo fan alrededor de una estrella (actriz, actor o director) es heterogéneo, confuso y, a veces, hasta complicado; puede pasar del simple autógrafo y foto de rigor, hasta el apretón de manos y la eterna conversación, no siempre fructífera y agradable para el astro y el seguidor. Pero en la opera prima de Héctor Hernández el grado de intensidad fanática —física y emocional— adquiere otras dimensiones, oscuras y extremas, pero al final vías de acceso a la persona idolatrada. El retrato del cosmo-fan, ahora, va más allá…

La exitosa actriz Anna Fritz (Alba Ribas) ha fallecido. Ya en la morgue, y en pleno proceso de saneamiento, recibe la visita de tres jóvenes. Una “cita” colmada de instintos depravados que transformarán la sala de autopsias en un festín de sexo, enemistad, violencia y abundante tensión.
Incómoda, y de premisa desagradable, El cadáver de Anna Fritz se adentra con placidez en la necrofilia, en el camino de la maldad del ser humano ante ciertos retos (productos del miedo) que dejan entrever el lado oscuro de las personas. Una radiografía de la frialdad, donde los instintos hacen acto de presencia en una cinta contundente en lo gráfico y en sus resoluciones.
De construcción básica, una noche, un espacio y cuatro actores, y todo empujado desde la irresponsabilidad y el ansia de los protagonistas, el realizador balear propone un escenario donde la pérdida de valores altera las conductas hasta lo insospechado. Un ejercicio psíquico que logra atravesar la barrera necro-sexual hasta radiografiar la mente atroz de unos adolescentes desorientados y empujados al vacío.

Bien ejecutada, modesta en su producción, y también de ciertos contratiempos en algunas secuencias (en ocasiones los arcos masculinos no acaban de ser firmes), el film logra sus objetivos a la hora de encolerizar al espectador en una propuesta repleta de riesgo, poco usual en nuestro cine, necesaria, y donde el sexo y la muerte, eternas materias de estudio, se anexan y destruyen. 

viernes, 8 de mayo de 2015

SWEET HOME (2015). Rafa Martínez

Filmax, instaurada todavía en el efecto [REC] (Jaume Balagueró & Paco Plaza, 2007), vuelve a la carga con un título de terror donde ciertos elementos remiten nuevamente a la popular y exitosa franquicia: el interior de un edificio para desarrollar la acción como centro neurálgico, infinitas carreras de planta en planta, un violento gore marca de la casa (confeccionado por David Ambit y Lucía Salanueva), Barcelona como epicentro de los acontecimientos, accesos a unos pisos decrépitos y donde el silencio amenaza, e incluso un tema musical, disparado desde un vinilo, con intención de adueñarse de la atmósfera en una secuencia que nos remite claramente a la ya mencionada saga.      
Instaurados los parámetros, se presenta el debut en el largo de Rafa Martínez, habitual de la compañía catalana en la edición de tráilers y que ya conocía la dirección gracias al mundo del cortometraje, entre ellos el exitoso Zombies and cigarrettes (2009), codirigido junto a Iñaki San Román.

Con guión confeccionado a tres bandas, Martínez inclusive, y un único escenario, el ya citado bloque, su realizador nos ofrece una feroz visión de los desalojos cuando hablamos de vecinos milenarios que, ante la negativa de abandonar el dulce hogar, empiezan a recibir las fortuitas presiones. Ahora serán “los fumigadores”, un salvaje grupo integrado por asesinos sin escrúpulos ante los ancianos barceloneses los encargados de dirigir la batuta. Una joven y su novio que deciden pasar la noche en uno de los pisos del destartalado edificio serán el siguiente objetivo cuando los exterminadores deciden visitar la finca y liquidar al último vetusto; la parejita (ella trabajadora de una inmobiliaria) tendrá las horas contadas…

De correcta duración, el home invasion que nos acontece se desarrolla y construye de forma dinámica desde el momento que los cónyuges, Alicia (Ingrid García-Jonsson) y Simon (Bruno Sevilla), “parten peras” en el inmueble y acceden los aniquiladores. Un Simon, por cierto, que cuesta digerir debido a su extraña expresividad y al esfuerzo de aceptar su personaje, donde las incongruencias en las decisiones (también las de Alicia) juegan en su contra; ella en cambio se adapta mejor, de modo más natural, aunque patinando en resoluciones erróneas y pausas de exagerada tranquilidad ante la amenaza que, en una situación "real", sería totalmente ilógico. 
Puntualizaciones que no desmerecen su parte central, una fracción nerviosa, feroz, sangrienta, y con unos mecanismos de construcción formales y eficaces, dotando a la cinta de un tono compacto, claustrofóbico e intenso. 
Es obligatorio realizar una parada en su cierre, fase donde interrumpe la debilidad y donde lo inadecuado se hace protagonista. Una incorrección, por cierto, demasiado extendida en el cine de terror. Barreras que se pueden fracturar, no ser siempre políticamente correctos, y aprender a aceptar que la injusticia, en muchas ocasiones, debe ganar la batalla a la esperanza. Las normas se pueden romper, y no siempre contentar al espectador, entre otros; toca arriesgar, continuar por la senda del pánico hasta sus últimas consecuencias, y dejar al personal con un mal cuerpo, ¡así también debe actuar el terror! Y es algo que Sweet Home pedía a gritos... 

jueves, 5 de marzo de 2015

OCULUS: EL ESPEJO DEL MAL (2013). Mike Flanagan

El director estadounidense Mike Flanagan iniciaba en el 2000 su carrera en el mundo del cine: como realizador, debutando aquel mismo año con el largometraje Makebelieve (etapa estudiantil), y como editor de diversas series destinadas a la pequeña pantalla; labores que, prácticamente, ejercía simultáneamente. En 2006 dirigía el cortometraje Oculus: Chapter 3-The man with the plan (trabajo que un servidor no ha tenido oportunidad de ver, pero debido a su título y la información que circula por la red debió ser el génesis del film que nos acontece…). 
Con cierta demora, y de una forma bastante peculiar, la distribuidora A Contracorriente Films estrena la película de Flanagan en un paquete llamado Sitges Tour A Contracorriente, un envoltorio que viajará por distintas ciudades de nuestro país siendo Madrid su punto de partida, a Barcelona llegará el mes que viene, y que tiene a Oculus como epicentro del invento. Sus compañeros de viaje son Zombeavers (Jordan Rubin, 2014), Lawless (John Hillcoat, 2014), ambas ya editadas en España en DVD, y The target (Chang, 2014).
Nos centramos en Oculus.


El quinto largometraje del yanqui se adentra, en parte, en los llamados films de casas encantadas, tan en boga en estos últimos tiempos y además con excelentes resultados, aunque aquí el verdadero ejecutor del mal es un enigmático espejo de siniestro pasado. El peso del argumento recae en dos hermanos, él acusado de un crimen veinte años atrás, en la actualidad ya en libertad, y su hermana, una joven que sigue sin creer en la culpabilidad de su hermano. Dispuesta a desenmascarar la verdad decide volver a recuperar el espejo, instalarlo en el nuevo hogar familiar, y averiguar qué oculta el cristal…                                                                          
Su premisa se presenta sugestiva debido al grado de terror que el espectador debe afrontar ante el misterioso objeto, elemento persuasivo que manipula lo existente, y donde lo paranormal rápidamente se asienta en la narración, que, por cierto, juega a dos bandas: el presente y, por otro lado, la infancia de los dos jóvenes, donde seremos testigos de los sucesos ocurridos antaño en una historia adherida a modo de extensos flashbacks.

La trama se concentra en descubrir lo sucedido, un objetivo que ven ambos hermanos como se altera y se transforma a medida que avanza la cinta, atrayente, pero con un progreso no exento de problemas… la lentitud de la propuesta, adquiriendo demasiado protagonismo e impidiendo su consolidación; planas interpretaciones en todos los frentes (críos y adultos); un metraje desprotegido que relega el clímax al segundo plano; abundantes explicaciones que entorpecen el trabajo del espectador… A su favor cierta elegancia en la puesta en escena y efectismo en secuencias puntuales gracias al soporte sónico, pero insuficiente ante un desenlace muy obvio y excesivos minutos insustanciales. 

jueves, 15 de enero de 2015

BABADOOK (2014). Jennifer Kent.

La opera prima de Kent, lástima la demora a la hora de iniciar su andadura en la realización viendo el excelente resultado (lleva cerca de dos décadas centrada en la interpretación), se saldó tras su paso por la 47 edición del SITGES - Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya con el Premi Especial del Jurat y el de mejor actriz para su protagonista, Essie Davis; para un servidor, insuficientes. Sin lugar a dudas el debut en el largometraje de la directora australiana merecía mucho más... Su aterradora visión del hogar familiar a través de los ojos de una madre y su hijo, alimentada por la fatalidad y los monstruos que percibe la mente del menor, se traducía en una cinta a la altura de los grandes films de terror de estos últimos tiempos, como The Conjuring (James Wan, 2013) o Sinister (Scott Derrickson, 2012), ya que Babadook se articula de secuencias que bien podría haber filmado el realizador malayo: encuadres impecables, zooms aterradores, movimientos repletos de intranquilidad, resonancias esculpidas en el averno, y todo auspiciado de una vigorosidad y efectismo alucinante. Y lo más importante: terror en estado puro.

Y es que la historia de Amelia (Essie Davis) y su hijo Samuel (Noah Wiseman) se presenta repleta de capas, de lecturas que van más allá del terror para trascender a un plano psicológico, de profundas reestructuras mentales, donde la histeria y la contaminación que envuelven un hogar frío y gris, a medida que avanza su metraje se recrudece, sitúa a la cinta en lo alto del panorama. Y todo gracias al libro Mister Babadook, un cuento para críos escrito por el mismísimo Moloch, donde sus páginas son un llamamiento al Mal, una senda al eterno temor de los mortales a lo desconocido; conclusión: la creación de un insólito Boogeyman.
Una angustiosa y escalofriante pesadilla secundada por una de las mejores secuencias vistas en pantalla y donde un inocente vehículo y sus dos ocupantes colmarán el escenario de pánico. Y es que Essie y Noah se infiltran en sus roles, de tal manera, que parecen extraídos del cuento más despiadado y arrojados al infierno para construir dos papeles memorables. De obligada visión.



lunes, 5 de enero de 2015

ASMODEXIA: LA ENCRUCIJADA DEL MAL

La Aventura, en su constante apoyo al género fantástico y de terror, ¡una acción muy loable y valiente por parte de Ferran Herranz y José Tito!, lanza en DVD el próximo miércoles 7 de enero el film Asmodexia (2014), debut en el largometraje del realizador catalán Marc Carreté (Barcelona, 1970) y que cuenta con Mike Hostench, subdirector del SITGES - Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, en las funciones de coguionista.
La cinta, adherida a las road movie, o walking movie como la denomina Carreté, narra la historia de un abuelo (pastor evangelista) y su nieta en una contienda contra las fuerzas del Mal y con la ciudad de Barcelona como telón de fondo; metrópoli que en estos últimos tiempos se ha convertido en plató improvisado de muchas producciones de cine de terror: REC (Paco Plaza & Jaume Balagueró, 2007), Los últimos días (Álex Pastor & David Pastor, 2012), Hooked up (Pablo Larcuen, 2013), e incluso la coproducción entre EE.UU. y Canadá Afflicted (Clif Prowse & Derek Lee, 2013), donde su tramo inicial se desarrolla también en la Ciudad Condal.
De título enigmático, y donde posesiones, exorcismos y rituales confluyen en su entramado, llega al sistema doméstico un largometraje que durante el pasado año ha sido programado en diversos festivales de género fantástico y de terror a nivel mundial, ganando el premio a mejor película en Fantaspoa 2014 (Brasil) o una mención especial del jurado en Grossmann 2014 (Eslovenia). La edición en DVD, tras su estreno limitado en diversas salas de nuestro país, contiene además en el apartado de extras los cortometrajes de Carreté Mal cuerpo (2011) y Castidermia (2012), éste último codirigido junto a Xavi Garriga.

La entrevista que vais a leer a continuación fue publicada en la web de Fangoria el 11 de octubre de 2013 (inédita hasta el momento en nuestro país) con motivo del rodaje del film en el Parc Audiovisual de Catalunya (Terrassa) durante el verano de aquel mismo año.


¿Qué es Asmodexia?
Yo tengo esa virtud o defecto, no lo sé, de mezclar palabras para sacar patologías, así que estamos en esa tesitura. Yo creo que ahora la gente debería sacar el resto. Sumando un par de palabras creo que el lector podrá descubrir cosas…

Tenemos la ciudad de Barcelona como epicentro de unos acontecimientos donde los protagonistas, un abuelo y su nieta, deben enfrentarse al Mal.
Efectivamente. Es una road movie, aunque los protagonistas van a pie, pero es verdad que hacen un itinerario hasta llegar a Barcelona donde el camino, debido al encuentro con diversas personas, tiene mucha importancia.
En dicho camino hallarán a una serie de personajes a la vez que ocurren una serie de sucesos.
Veremos a una niña o adolescente ejecutar exorcismos a consecuencia de las enseñanzas de su abuelo, que trata de transmitir el oficio de exorcista a la nieta.

Está claro entonces, con estas pautas, al enemigo que deben enfrentarse abuelo y nieta.
Como todas las películas de exorcismos nos hablan de esta eterna batalla entre el Bien el Mal; el Diablo y Dios; estamos un poco jugando a un tira y afloja con estos dos poderes.

Ya que te mueves en una historia de exorcismos donde prevalece la figura del Mal, ¿te adentras en el found footage? Terreno muy en boga en estos últimos tiempos cuando hablamos de films de tendencia demoníaca...
No va a ver found footage. No tengo nada en contra del found footage, me funciona muy bien cuando me lo enseñan, pero en esta película no lo hay.

¿Qué tal el trabajo con los actores? Comentabas durante la visita al set de rodaje que estaba siendo duro.
De entrada decir que tenemos un reparto de lujo con actores y actrices como Lluís Marco, Claudio Pons, Irene Montalà, Marta Belmonte o Mireia Ros, ésta última, a su vez, directora de cine. Un reparto del que estoy muy contento.
Efectivamente, el trabajo es muy físico, tenemos secuencias donde hay rituales, forcejeos, en las cuales se produce un poco de violencia. Aunque sólo las interpretamos siempre es un desgaste y un pequeño riesgo para los actores. Antes de ayer Patricia Mendoza, una de las actrices, se rompió un dedo del pie.
Pero la pasión y la entrega que ponen todos los actores es un regalo que me brindan, aunque comporta estos pequeños riesgos.
El trabajo de actor requiere un esfuerzo psicológico de por sí ya que tiene que ir cambiando de personalidad, y aquí todas las personalidades arrastran traumas de infancia y juventud. La mayoría de los casos relacionados con temas espirituales y de creencias religiosas.



¿Fue complejo el casting hasta llegar a estos actores?
Fue largo y difícil. La figura del director de casting ha sido muy importante.
Encontramos a unos actores muy receptivos. Y el guión ha gustado mucho a todos ellos. El ambiente de trabajo está siendo muy agradable y de plena entrega.

¿Qué tal con Mireia Ros, una figura importante dentro del cine en Cataluña?
Es una colaboración de la que estoy muy contento e interpreta a un personaje de la edad del protagonista, Lluís Marcos, que, de alguna forma, recupera con ella parte de su pasado. Forma parte de su entorno y es un personaje oscuro y siniestro.
En una secuencia con ella el otro día la sometíamos a un éxtasis espiritual y quedó muy salvaje, estaba pletórica.

Retomando la ciudad de Barcelona, ¿vais más allá de esta localización?
Es Barcelona por un hecho muy justificado que mucho tiene que ver con el guión y con la razón de ser de la película, lógicamente ahora no lo puedo contar ya que es el desenlace final. Y no podría ser en otra ciudad, tiene que ser Barcelona.
Aunque no paseamos mucho por la ciudad, el desenlace, el final del trayecto de este itinerario, es Barcelona.

¿Qué otras localizaciones habéis tenido?
Hemos rodado también en un pueblo que se llama Mura y en algunos espacios fascinantes y siniestros entre las ciudades de Terrassa y Martorell.
Se han cuidado mucho las localizaciones para tener espacios sugerentes donde transcurre la acción.
También han paseado los protagonistas por el Parc Agrari del Baix Llobregat donde por un momento parecía que estábamos en el Mississipi.

¿Una labor compleja las localizaciones?
Las localizaciones las empezamos a trabajar, Xavi Garriga y yo, meses antes del rodaje. Nos dábamos paseos buscando estos espacios ya que iban a ser de vital importancia en la película. Queríamos incluso rodar en el Seminari Conciliar de Barcelona, coger una imagen exterior, pero con la iglesia topamos y no pudimos rodar. Tuvimos que hacer un cambio y ya está.

¿Cómo está transcurriendo el rodaje en el Parc Audiovisual de Catalunya, anteriormente el Hospital del Tórax? Un lugar repleto de un aura misteriosa y punto neurálgico para los amantes de las ciencias ocultas y la parapsicología.
El primer día que empezamos a rodar fue en la parte subterránea del Tórax y la cámara, allí abajo, no funcionaba; tampoco la segunda unidad que llevábamos. Chequeábamos la cámara fuera, entrábamos, y no funcionaba. Salíamos y sí que funcionaba. Volvíamos a entrar y tampoco funcionaba. Decidimos cambiar el cuerpo de cámara y sucedía lo mismo.
Al final la pusimos en marcha fuera y entramos con ella grabando.
El primer maleficio del rodaje.

¿Habéis tenido más casos de experiencias paranormales?
La verdad es que no, pero cualquier cosa que pasa ahora le buscas la relación ya que el lugar es siniestro y fascinante.
Cuando el año pasado rodamos aquí el cortometraje Castidermia ya me fascinó.

Al margen de estas anécdotas, supongo que estar rodando allí, con todas las producciones que se han llevado a cabo y los realizadores que han trabajo en ese marco tan escalofriante, Jaume Balagueró, Paco Plaza o Eugenio Mira, deber ser toda una experiencia satisfactoria.
Estoy encantado de poder trabajar en este espacio de forma profesional con mi primer largometraje. El otro día, por ejemplo, coincidía con Balagueró, nosotros entrábamos y ellos estaban ya en el último día de rodaje de REC 4.
Eugenio Mira rodó aquí también parte de Agnosia. Y el año pasado, rodando nosotros Castidermia, él estaba rodando Grand Piano.
Parte de nuestro equipo ha estado también en estas producciones. La verdad que estoy encantado de poder ser parte de este grupo. Me siento un privilegiado e intento disfrutarlo.

Hemos podido ver en el set de rodaje al equipo de Ugamuri FX, que ya se encargaron de la confección de los efectos especiales de maquillaje de tus dos anteriores cortometrajes. ¿Vuelves a contar con el mismo equipo de tus anteriores propuestas?
He respetado mucho a la gente que ha estado anteriormente conmigo.
Mónica (Ugamuri FX) ha estado desde el principio, y continuará.
Llorenç Mas, el director de arte, o Xavi Garriga, el director de fotografía y una figura muy importante dentro de la película, al igual que otras personas del departamento técnico, vuelven a estar a mi lado.

Deduzco entonces que estamos ante un grupo reducido pero compacto e implicado.
Exactamente, estamos un poco en familia. Es un equipo de 35-40 personas. Tratándose de un largometraje es un equipo reducido, pero compacto y muy bien avenido. Algo que hace que cada día cumplamos con los objetivos de planificación, y que las secuencias y planos luzcan.

¿Qué películas han podido servirte de referencia a la hora de confeccionar Asmodexia?
Mis referentes son indiscutiblemente las películas que vi en mi etapa de juventud y adolescencia, son las que han dejado más huella. El exorcista o La semilla del Diablo podrían ser dos claros ejemplos. Y luego películas más comerciales, films de Wes Craven o John Carpenter, películas que me han marcado.

Tras dos cortometrajes, Mal cuerpo y Castidermia, ¿qué tal el salto al largometraje?
Al principio ha sido un poco de shock… Rodar un cortometraje es un ejercicio entre amigos, aunque le dediques muchas horas, y el largometraje implica un alto grado de exigencia muy superior al cortometraje.
Formalizar muchos objetivos diarios y semanales es una de las máximas pautas, normativas que los miembros del equipo tenemos que respetar.
Un orden establecido que al principio cuesta adaptarse a él.

La película está escrita por ti junto a Mike Hostench, subdirector del SITGES - Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. ¿Cómo ha sido el trabajo en conjunto?
Yo tenía una buena idea original. La compartí con Mike, quizás, una de las personas que más guiones de género de terror ha leído en el planeta. La idea le gustó y escribimos el guión conjuntamente, nos pusimos a trabajar. Escribíamos los dos, poníamos ambos los textos en común, y comentábamos todos los puntos, pero el peso de Mike en la factura final del guión es muy importante. Es indiscutible que la mano de Mike está muy presente. Un placer haber trabajo con él. Y muy contento con el resultado final.

En 2012, dentro de la sección Sitges Coming Soon, vimo un avance de una serie relacionada con fenómenos paranormales que ibas a dirigir. ¿En qué estado se encuentra dicho proyecto?
Cierto. Se llama Sheol, la región de los muertos. Es un proyecto que he escrito y desarrollado con Xavi Garriga y esperamos poder recuperar más adelante, una vez finalizada la película. Un proyecto muy interesante y en el que hemos trabajado mucho.

¿Quizás alguna de esas historias tiene relación con Asmodexia?
No. La historia de la película es algo completamente independiente.

Para Ms Entertainment, la productora de Asmodexia, es también su debut en el mundo del cine. ¿Fueron complicadas las negociaciones para que financiaran un título de terror?
Con Emili Pons, el presidente de Ms Entertaiment, hablábamos de arrancar un proyecto basado en la ilusión, de hacer algo juntos, y de tratar de hacer cine de una forma distinta o viable. Luego llegó la idea de escribir un guión junto a Mike.
Una vez terminado fue testeado por parte de diversos expertos nacionales e internacionales, con unos datos muy positivos, algo vital para los productores.
También me consta que Ms Entertainment encargó un estudio de mercado sobre el cine de terror. La jugada por parte de la productora está muy estudiada, pero el riesgo en estos tiempos es evidente, y más siendo un debut en el largometraje. Está siendo un trabajo muy profesional de la productora y además un proyecto a medio y largo plazo y con Asmodexia como primera producción. En estos momentos ya tienen otros guiones sobre la mesa que están estudiando.

¿La intención de Ms Entertainemt es la de continuar dentro de los parámetros del género fantástico?
Exactamente. Es un proyecto con continuidad, con la filosofía de producir contenidos de medio y bajo coste, pero con un estándar de calidad alto, y contenidos de terror en forma de película o serie. Distintos formatos, pero siempre en esta vía.