viernes, 24 de enero de 2014

Mindscape (2013). Jorge Dorado



El agua como desconexión y llave aterradora; los sueños como escape distorsionado; las agujas como calculadoras de instantes; y el pasado como telón de fondo. Con dichas piezas y obsesiones el debutante en el largo Jorge Dorado construye —y deconstruye— un impecable thriller de tentativas al terror, donde los espacios cerrados y los desórdenes mentales juegan papeles fundamentales en éste esmerado relato. 
Desacelerada, pero en continuo movimiento, y jugando muy bien todas sus bazas, la cinta arremete a base de quimeras contra los protagonistas en una revuelta incesante de adversidades y desconcierto.

Con la mente de la joven Taissa Farmiga al descubierto, gracias a los poderosos mecanismos del actor Mark Strong, ambos notables y mortíferos, Mindscape se proyecta hacia el espectador a modo de angustiosa alucinación, donde una serie de macabras y prolíferas ecuaciones van dando paso a resultados inesperados.
Soberbia de principio a fin y orquestada magistralmente por el compositor Lucas Vidal, Dorado se mueve perfectamente en los dominios de la dirección, tenaz en todo momento, por emplazamientos que, a buen seguro, cualquier degustador de buen cine ya ha visitado en otros films, pero que ahora reinterpreta con habilidad logrando un distinguido producto, y financiado, entre otros, por el también director Jaume Collet-Serra en su nueva aventura como productor bajo Ombra Films, dispuesto a conectar el género entre EE.UU. y España.
En estos momentos, y visto el resultado, una fórmula idónea y eficaz.

miércoles, 1 de enero de 2014

Paranormal Activity – Los señalados (2014). Christopher Landon



¿Estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo subgénero dentro del cine de terror? Las recientes cintas vistas en la pasada edición del SITGES 2013 Chimères (Olivier Beguin, 2013) y Afflicted (Cliff Prowse & Derek Lee, 2013), junto a Chronicle (Josh Trank, 2012), me atrevo a incluirla en el grupo, y ahora la quinta entrega de Paranormal Activity, me lleva a pensar que sí… el contacto con algo desconocido, o sobrenatural, que provoca una peligrosa y violenta alteración en las personas expuestas (inclusive una fuerza suprema inexplicable), sumado, prácticamente en todos los casos, al telón de fondo del found footage; componentes que no cesan de unificarse en estos títulos citados, unas coordenadas demasiado similares y que Landon, director y guionista de ésta nueva entrega, emplea y despliega.

Ejecutando las funciones de escritura en la saga desde la segunda película nos conduce por un film alienado a la tercera y cuarta debido a la temática satánica, regresando a las grabaciones de cámara en mano como testigo y ofreciendo un nuevo acercamiento, ¡otro más!, a los fenómenos paranormales de tintes demoníacos en un spin-off que podría funcionar como quinta parte, sin más. Con cierta ración de comedia en su bloque inicial la mar de eficaz, extraño pero cierto, serán un par de jóvenes y amigos, que matan las horas del día grabando con una cámara sus fechorías en la comunidad donde residen, los pilotos de la contienda. Presentado el epicentro de los acontecimientos todo se centraliza en atemorizar y distraer —o aburrir— al personal con una batería de carreras, sustos, poderes, juergas y líos por parte de los zagales hasta decir basta, transitando su metraje sin apenas novedades con respecto a previas entregas de la saga. Absolutamente prescindible.