jueves, 5 de marzo de 2015

OCULUS: EL ESPEJO DEL MAL (2013). Mike Flanagan

El director estadounidense Mike Flanagan iniciaba en el 2000 su carrera en el mundo del cine: como realizador, debutando aquel mismo año con el largometraje Makebelieve (etapa estudiantil), y como editor de diversas series destinadas a la pequeña pantalla; labores que, prácticamente, ejercía simultáneamente. En 2006 dirigía el cortometraje Oculus: Chapter 3-The man with the plan (trabajo que un servidor no ha tenido oportunidad de ver, pero debido a su título y la información que circula por la red debió ser el génesis del film que nos acontece…). 
Con cierta demora, y de una forma bastante peculiar, la distribuidora A Contracorriente Films estrena la película de Flanagan en un paquete llamado Sitges Tour A Contracorriente, un envoltorio que viajará por distintas ciudades de nuestro país siendo Madrid su punto de partida, a Barcelona llegará el mes que viene, y que tiene a Oculus como epicentro del invento. Sus compañeros de viaje son Zombeavers (Jordan Rubin, 2014), Lawless (John Hillcoat, 2014), ambas ya editadas en España en DVD, y The target (Chang, 2014).
Nos centramos en Oculus.


El quinto largometraje del yanqui se adentra, en parte, en los llamados films de casas encantadas, tan en boga en estos últimos tiempos y además con excelentes resultados, aunque aquí el verdadero ejecutor del mal es un enigmático espejo de siniestro pasado. El peso del argumento recae en dos hermanos, él acusado de un crimen veinte años atrás, en la actualidad ya en libertad, y su hermana, una joven que sigue sin creer en la culpabilidad de su hermano. Dispuesta a desenmascarar la verdad decide volver a recuperar el espejo, instalarlo en el nuevo hogar familiar, y averiguar qué oculta el cristal…                                                                          
Su premisa se presenta sugestiva debido al grado de terror que el espectador debe afrontar ante el misterioso objeto, elemento persuasivo que manipula lo existente, y donde lo paranormal rápidamente se asienta en la narración, que, por cierto, juega a dos bandas: el presente y, por otro lado, la infancia de los dos jóvenes, donde seremos testigos de los sucesos ocurridos antaño en una historia adherida a modo de extensos flashbacks.

La trama se concentra en descubrir lo sucedido, un objetivo que ven ambos hermanos como se altera y se transforma a medida que avanza la cinta, atrayente, pero con un progreso no exento de problemas… la lentitud de la propuesta, adquiriendo demasiado protagonismo e impidiendo su consolidación; planas interpretaciones en todos los frentes (críos y adultos); un metraje desprotegido que relega el clímax al segundo plano; abundantes explicaciones que entorpecen el trabajo del espectador… A su favor cierta elegancia en la puesta en escena y efectismo en secuencias puntuales gracias al soporte sónico, pero insuficiente ante un desenlace muy obvio y excesivos minutos insustanciales. 

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