Día de huelga
general en España. Barcelona al borde del caos (quizás los hermanos Pastor
podrían haber aprovechado para tirar algunos planos de The last days) y Paco Plaza, Leticia Dolera y un servidor quedamos
para charlar y tomar algo en la ciudad condal. Con Paco y su Twitter a tope y
Leticia recuperándose de todo el ajetreo de la semana iniciamos la conversación
con temas demoníacos…
Paco: De las movidas satánicas siempre
se coge el rollo cristiano y se le da la vuelta. El génesis como principio del
final también nos funciona.
A la hora de abordar
esta nueva entrega, y teniendo en su título la palabra génesis, ¿pensasteis en
algún momento en centrar la película en la figura de la niña Medeiros o
trasladar la historia a Portugal para descubrir el epicentro de todo?
P.: ¡Sí! Claro que se nos ocurrió. Cuando
empezamos a leer en Internet que todo el mundo se planteaba a la niña Medeiros
como génesis pensamos entonces en realizar un corto mudo y en blanco y negro,
que saliera antes de la película, y contando la historia de la niña Medeiros, pero
no me dejaron. Al final la historia estará plasmada en el cómic, eso sí. Si te
fijas cuando la veas en papel verás que es completamente muda, es como yo
hubiera rodado el principio de la película a través del corto. De esta manera me
he quitado la espina de encima. Me mola mucho la idea de que ciertas preguntas
de la saga se respondan en un cómic. Me parece muy guay.
¿Cómo ha surgido el
cómic?
P.: Una propuesta de Hernán Migoya.
Como sabe que a los dos nos gustan los cómics nos lo propuso. Barajamos ideas
¡y adelante! Hablamos primero de hacer una adaptación pero la adaptación de una
peli al cómic lo veo un poco cojo, no acabo de entender que aporta al fan. Y
como habíamos dejado cabos sueltos, los niños en el armario en [REC]2, el origen de la niña Medeiros,
el tío Pepe Víctor de [REC]3 que le
ha mordido un perro… pensamos entonces que estas historias estarían muy bien
para el cómic. Son ideas y paridas de nosotros dos con guiones de Hernán. El
universo paralelo de [REC]. ¡Y ya
está a la venta!
Volviendo al
cortometraje, ¿por dónde lo querías mover?
P.: La idea era haberlo rodado meses
atrás y que se hubiese podido ver en el Sitges del año pasado. Mi idea era que [REC]3 Génesis fuera el corto y luego
hacer [REC]3 la película.
Me parece una idea
muy chula…
P.: Sí. Pero como todas las ideas
chulas…
Leticia: Cuando salieron las primeras
noticias de [REC]3 Génesis en algunos
blogs se inventaban posibles sinopsis de la película y todas eran iguales y
enfocadas hacia la niña Medeiros en Portugal. Hacer lo que todo el mundo decía
en Internet no era una buena idea…
P.: Me parecía muy chulo poder hacer
algo que nada tuviese que ver con las dos anteriores entregas. Yo, como fan, quizás
me hubiese cansado de otra película de cámara en mano… Sería como estirar
demasiado una idea. Siempre pensé en hacer una película muy distinta. Mira lo
que nos ha pasado con todas las sagas de cine de terror: Viernes 13, Hellraiser, Halloween, etc. la sensación de estar
estirando algo es muy incómoda. Lo importante esta vez era coger un modelo como
Army of darkness. ¿Qué tiene que ver Army of darkness con Posesión infernal?
Hay cierto nexo y a
su vez una lejanía.
P.: ¡Exacto! Pero también es otra
película. Como por ejemplo las dos entregas de La matanza de Texas, aunque es un caso muy extremo. Era lo guay de
la primera entrega de [REC]: la forma
de romper una manera de hacer cine de género. Aunque heredamos de Deodato, de El proyecto de la bruja de Blair, de
mogollón de influencias, en realidad el desafío era contar una película de
terror de una forma poco habitual, al menos hasta ese momento. La concepción de
la tercera entrega era hacer una especie de tren de la bruja. Una atracción de
feria donde la película te coge por el cuello y te sacude: risas, sustos,
emoción, terror… Lo que más me está gustando hasta el momento en las reacciones
de la gente es que la película les emociona. Que la gente se implique con una
historia de amor en una película de zombies, con mucho humor, es muy
satisfactorio. Y mira que a veces el humor te puede distanciar…
L.: ¡Es el Titanic Zombie!
De alguna forma [REC] (2007) abre la veda del found footage.
P.: Cuando esto se convierte en algo
tan habitual ya no rompe igual, no es aire fresco. ¿Qué hacemos? ¡Vamos a rodar
una película como en los años ochenta!
¿No tienes miedo cuando
abordas [REC]3 Génesis hacia el cine
convencional?
P.: No. Para nada. Sin riesgo no
consigues nada que valga la pena. Así que he intentando hacer lo que a mi me gustaría
ver como fan en una película. La línea más directa al fracaso es la búsqueda
del éxito. Intentar buscar algo que guste y agrade a todo el mundo es muy
difícil. Nadie tiene una bola de cristal. Si Spielberg ha hecho películas que
han ido mal, y es el más listo de todo el mundo, nadie sabe entonces que puede
pasar. Las películas se tienen que hacer de la manera más honesta posible y yo
como freak y asiduo al Sitges he acabado haciendo la película que un fan del
horror quiere ver. Algo que rompa los esquemas y te ofrezca algo distinto. Para
ir al cine a ver algo que ya te has imaginado en casa me quedo en mi hogar y
veo las dos primeras en BluRay[risas].
Supongo que todo el
film está rodado con cámara digital.
P.: Yo quería rodar en 35mm. pero no
pudo ser. Aunque al final encontramos la manera de combinar la Alexa, que es
una cámara digital, con lentes anamórficas. De alguna manera le da una textura
a la imagen con esos desenfoques clásicos de Panavision. Un punto más
cinematográfico.
¿Rodar en 35 mm no
hubiese sido como traicionar a la saga?
P.: Al contrario, sería respetarla. La
idea era reinventar y renovar. La característica básica en [REC], para mí, no es rodar con cámara en mano o en vídeo: es hacer
una película de terror distinta, arriesgada y con cojones. Recuerdo cuando la
gente vio la primera parte, me decía al principio que parecía un reportaje de
bomberos, se quedaban desconcertados. Era una película que te desafiaba a
través de ir viéndola. ¡Eso es [REC]!
Mucho más allá de gritos, de mover la cámara, de subir escaleras... Si eso
fuera [REC] me parecería una
tontería. Lo guay de la primera es ese aire punk, de libertad, y que nunca va
por donde uno se espera. Así que pienso que [REC]3
Génesis ¡es muy [REC] en este
sentido! Respeta el espíritu y al espectador. No le timas para ver un refrito
de algo que ya hemos hecho anteriormente.
¡Pienso que esta
tercera entrega es más punk todavía![risas]
P.: Es muy gamberra.
L.: Muy macarra.
P.: Leticia, la entrevista es conmigo
no debes contestar [risas].
L.: Yo estoy muy a gusto aquí [risas].
¡Ahora voy a entrar! Una de las características de [REC] es esta: romper, sorprender y desafiar al espectador. También
el sabor español y castizo con esos vecinos de la Rambla de Catalunya, los
Mossos d’ Esquadra…
P.: “Suspiros de España”…
L.: En [REC]3 todo esto también está.
¡Ni tanto! Su
apartado musical lo transmite: Australian Blonde, Tino Casal, el hit “Gavilán o
paloma”…
P.: En todas las bodas la música es
súper importante. Los novios siempre escogen música que les ha marcado en su
vida. Yo quería hacer un homenaje al rock español, ha marcado mi vida: Loquillo,
MClan, Los Ronaldos, Coque Malla, Los Piratas… grupos que siempre me han
gustado; la época de Subterfuge, Killer Barbies, Australian Blonde, etc. En mi
fantasía, el “Chup Chup” de Australian Blonde, era la canción que sonaba en el
bar el día que Koldo (Diego Martín) y Clara (Leticia Dolera) se conocieron
[risas]. Por eso la escogen para entrar.
¿Y “Gavilán o
paloma”?
P.: ¡Maravillosa! [risas]. ¡Me da una
épica brutal! Es una canción que tiene mucho de homenaje a Balagueró.
¿Por qué?
P.: Nosotros nos conocimos en Zaragoza
en el año 1995 en un festival de cortometrajes, competíamos en su primera
edición. Cuando salimos Jaume y yo por la noche concretamos: “Si gana uno de nosotros dos tiene que cantar
algo en el escenario”. Ganó Jaume, no recuerdo si con Días sin luz o Alicia… creo que Días
sin luz. Salió al escenario ¡y cantó “Gavilán o paloma” [risas]
¿Y cómo reaccionó el
público?
P.: No entendían nada [risas]. Era
como ¿perdona? Siempre ha sido una canción muy épica. Un homenaje. ¡Y aparte la
canción me parece la ostia! Leticia en pleno éxtasis gritando con la canción de
fondo es muy guapo. Yo rodé dicha escena ralentizada para hacer un momento
video clip y cuando la probamos en la sala vimos que era la ostia. ¡Qué épica!
“Amiga, hay que ver como es el amor”
y Leticia con la sierra.
¿Cómo fue todo ese
trabajo con la sierra? ¡Es memorable!
L.: ¡Mítico! Yo era feliz cada día. En
las cavas estuvimos cuatro días, pero con la pelea uno. Rodamos muy rápido. Dos
meses antes de empezar a rodar estuve preparándome físicamente con un
preparador personal. Cuatro o cinco días a la semana hacía pesas y corría, también
empecé a comer más. Tenía que coger fuerza para hacer tomas y tomas y no
cansarme, y por otro lado cambiar mi complexión física, ¡tenía que ser creíble
para el espectador! Que la gente pudiese creer que yo cogía la motosierra y
mataba a todos los zombies que me atacaban. Yo soy de complexión más bien pequeña,
frágil, y toda esta preparación fue vital para poder rodar y disfrutar.
Teníamos tres sierras: una de verdad que pesaba ocho kilos; una que tenía
motor, sacaba humo y daba vueltas pero que no era peligrosa, pesaba cinco kilos;
y otra de hoja blanda, de seguridad y tan sólo de dos kilos, para cuando le doy
en la cara a uno. La que más utilice era la de cinco kilos. Me moló mucho,
¡nunca en la vida me había sentido tan fuerte como en el rodaje de esas escenas!
Me sentía como un huracán… profesional.
¿Qué tal esta
primera incursión en el largo a las órdenes de Paco Plaza?
L.: ¡Buenísima! Yo ahora únicamente
quiero rodar con Paco.
Paco, a
ficharla para cada película que se avecine
L.: Paco es muy buen director. Tiene las
cosas muy claras, domina la técnica y el tempo, el género lo lleva en la
sangre, sabe poner la cámara y también le gusta el trabajo del actor, no ver
sólo un plano bonito. Entiende que si se monta el plano bonito es para que a
esas personas que hay en él les pasen cosas bonitas, de verdad, si no la magia
no va a existir. En ese sentido te deja mucha libertad, te deja improvisar,
pero no de improvisar y abondar sus tareas, siempre pendiente del actor para
que no sienta solo. Es como ir a jugar y cuando uno juega, en el arte, puedes
equivocarte y acertar. Saber que te puedes equivocar te da mucha más seguridad
y libertad y hace que salgan buenas tomas. Es una cosa que he hablado con el
resto de actores de la película y nos sentíamos así. Nuestro trabajo crecía
gracias al director.
Ya que hablamos del
rodaje, ¿cómo transcurrió la secuencia del salón?
P.: Muy guay, ¡pero menudo pollo!
[risas]. El caos lo rodamos en un día. Era coordinar mucha gente corriendo, las
cámaras… Tardamos muchas horas en montarlo. Luego hicimos tomas muy largas.
Algo que me gusta mucho de la secuencia son todos los planos que hay de acción
simultáneos. En cada plano de acción el espectador puede ver tres o cuatro
niveles de acción por detrás: peleas, saltos, gente corriendo… Fotografiar todo
esto es lo que hace que te lo creas. Ver que están pasando más cosas es algo
muy importante para generar la realidad. Hasta encontrar donde colocar cada
cosa era un proceso muy largo. Hicimos tres o cuatro tomas. Había mucha
adrenalina.
L.: Era muy heavy estar en un salón
con ciento cincuenta personas asustadas, gritando, tirándolo todo, gente caracterizada
de zombies, otros pegándose, rompiéndose botellas en la cabeza, muy guay…
¿Mucha improvisación
en esos instantes?
P.: Nada. Cero. Hubiese podido ser
muy peligroso. Se rompían muchas cosas. Por ejemplo, cuando se rompía una mesa
intentábamos que todos lo que estuvieran a dos metros fuesen especialistas.
Nada de actores cerca. Esto es lo que costaba mucho: el Tetris de donde pasa
cada cosa. Colocábamos la cámara y luego tocaba rellenar. Improvisar en un
rodaje con tanta gente alrededor necesitas mucho tiempo.
L.: Cada vez que había que recomponer
era mucho trabajo: poner otra vez las copas en la mesa, las mesas en su sitio…
P.: Estaba todo muy planificado para
poder improvisar. A nivel de cámara y puesta en escena todo estaba muy
preparando debido al poco tiempo que teníamos. Pero una vez montada la cámara y
el plano aquí llegaba el momento y espacio para los actores.
L.: Antes de rodar algunas escenas, y
con una Handycam, pudimos ensayar para que Paco pudiese seleccionar que le iba mejor a la película.
P.: Es un método que aprendí con un
DVD de Robert Rodriguez Desperado: el
story board en vídeo. Te vas al lugar
de rodaje con los actores una semana antes y con una Handycam ruedas los
planos. En casa lo montas, seleccionas los planos que te interesan y en el
rodaje ruedas, únicamente, los planos que vas a montar. Y así vas a toda ostia. Es muy ágil.
L.: En la parte de la boda sí que hay
mucho de improvisado. Habían varias cámaras, la de Atún, la del primo de
Adrián, los iPhones de las damas de honor, y como todas grababan constantemente
capturaban cosas todo el rato, algunas, lógicamente, improvisadas. Mi diálogo
en la mesa, por ejemplo. Las damas empezaron a gritar que hable la novia, como
en una boda normal. Te lo digo en serio pero todos sentíamos que estábamos en
una boda de verdad. Había una identificación muy rápida, digo yo, debido a que
todo el mundo ha estado alguna vez en una boda y todo el mundo entiende los códigos
perfectamente. Me senté y pensé: “Esto no
lo monta Paco ni de coña”. [risas]
¿Has tenido algún
tipo de espejo, en cuanto a referencias, a la hora de confeccionar el personaje
de Clara?
L.: Sí, tengo referentes. Por ejemplo
Paco me dijo que revisara Kill Bill.
Y eso me inspiró en el tono festivo y gamberro como mujer fuerte. También me
inspiró mucho el perfil de Jodie Foster en
La extraña que hay en ti. Un
trabajo de mucha violencia física y corporal, terreno hacia donde yo quería
llevar a Clara. Y además que Jodie también es pequeñita y podía identificarme
con ella fácilmente. Luego Paco me dio una idea muy concreta y me dijo que me
imaginara que era la Anna Karina del terror: Anna Karina de Godard en una película de zombies ¿Cómo sería?
Y me transformé. Y, sobre todo, el defender el amor por un marido. Era una
hembra que defiende a su familia.
¿Quizás ha sido el
papel con mayores obstáculos de los que has interpretado hasta el momento?
L.: Creo que es papel más interesante
y más completo. Me ha permitido transitar por más sitios. Un registro muy
distinto al que habitualmente tengo. Pero de la mano de Paco nada me resulta
difícil, nunca me siento sola. Los obstáculos se convierten en motivaciones
Y continuas con el
cine de terror, ahora The last days
de los hermanos Pastor. ¿Cómo se presenta?
L.: Es un papel corto, ¡pero allí
estaré! Me hace mucha ilusión ver Barcelona destruida
¿La nueva Scream Queen
española?
L.: ¡Me encantaría! Además pienso que
la sangre me queda muy bien.
Recuperando el tema
del rodaje, ¿habéis descartado mucho material?
L.: Había mucho material y muchas
cosas han caído.
P.: De la primera parte muchísimo, del
vídeo de la boda. Aquello podía haber
durado dos horas. Me molaría ver una versión extendida[risas].
Una de las cosas más
acertadas es justamente su duración.
P.: Ochenta minutos. Pienso que en las
películas cortas hay algo chulo y más cuando pides al espectador una implicación
emocional fuerte. No hay que permitir que el espectador se aburra o desconecte.
Si te fijas, en la película, todas las secuencias son muy cortas. Como si se
trataran de sketch. Y siempre
intentamos entrar en las secuencias de forma que te descoloque un poco, con la
acción ya empezada, que nada empiece en la película, como por ejemplo el baile.
Que el espectador se pueda situar rápidamente. Un poco a saco.
Con anterioridad has
mencionado Army of darkness (Sam
Raimi, 1992) como
referencia, ¿hay otras?
P.: ¡Total! Hay dos películas que me
recuerdan mucho a [REC]3: El fantasma del paraíso, de Brian De
Palma, y Golpe en la pequeña China.
Son dos películas de un extraño género. ¿Fantasía, humor, acción, amor? Es un
poco todo. El fantasma del paraíso es
un musical, luego terror, comedia… [REC]3
tiene mucho del cine de Sam Raimi pero concretamente con una manera de
entenderlo muy festiva. Yo vi Braindead
en Sitges en 1992, estaba allí, y eso ya no pasa. Recuerdo mucho aquel pase con
la gente disfrutando viendo la película, el prólogo de aquel tío que le cortan
la mano, ¡súper bestia! Esa concepción festiva era lo que yo quería
reivindicar. Romper una lanza por estas películas. Estoy súper harto de los
trailers tan largos, el Twitter de los cojones, Internet… Ya sabes todo sobre
las películas sin haberlas visto: el tono que tienen, las sorpresas, sinopsis,
momentos míticos…
¿Qué tal realizar un
[REC] sin Jaume?
P.: Muy bien. Ha sido como volver a la
normalidad. A rodar películas solo como es normalmente. Lo de [REC] ha sido algo excepcional y muy
chulo. Las dos primeras entregas permitían ese trabajo a dos bandas, las
podíamos construir juntos. Aquí sería inviable, surgirían muchas cuestiones a
la hora de abordar diferentes temas, como por ejemplo las ópticas. Eso sí, lo
he echado de menos en la promoción, pero con Leti y Diego también está siendo
muy chulo.
¿Qué tal estáis
llevando los diferentes preestrenos de la película, París (Francia), Austin
(EE.UU.), Madrid, Barcelona?
P.: Está siendo la ostia. Estrenar en
el Grand Rex en París con cerca de dos mil personas fue muy bestia.
L.: También fue muy bonito en París ya
que coincidimos con Bayona, Kike Maíllo, Enrique López-Lavigne, fue como
vivirlo en comunión.
P.: A Austin fui solo. Tarde casi
veinte horas en llegar y estuve allí nada. Un poco palo. Entrevistas y para
casa. Las reacciones en general están siendo muy buenas. ¡Y mañana llega el día
de la verdad!
L.: Se compró pósters en el Mondo.
P.: El de La Mosca y La fuente de la
vida. Una película, esta última, que reivindico constantemente. Me flipa y
es muy bonita.
¿Abandonas definitivamente
la saga o te guardas algún cartucho en la recámara?
P.: ¡Abandono! [risas]
L.: Ojo que Clara guarda un secreto…
P.: De hecho tengo una idea de seguir
por ahí, pero no creo que lo hagamos. Son ya muchos zombies. Creo que llevo
unos seis años de mi vida hablando cada día de [REC].
L.: Yo creo que en vacaciones no.
P.: ¿Tú crees? Digamos cada semana.
Está muy bien ya que estoy súper agradecido y es la película que me ha cambiado
la vida. Me ha colocado en otro nivel como director, me ha puesto en contacto
con gente súper interesante, un trampolín al que tengo mucho que agradecer.
Pero no me voy a pasar la vida con esto.
¿Algún nuevo
proyecto en mente?
P.: Maldito viernes. Me gustaría mucho y ya tengo el guión. No tengo claro la manera de
hacerla y cuando, pero algo muy punk, con una Canon o una cámara de fotos…