Siendo la persona que instauró el cine de terror en Brasil hace 50 años ¿cómo ves en la actualidad el género fantástico y de terror en tu país?
Por desgracia, las películas de terror de hoy en día tienen poco de terror. Son
más bien de "terrir", como dicen por aquí: buen humor, bromas…
digamos que se ha perdido el respeto al cine de terror. Cuando
los guionistas y los directores están más
preocupados por hacer reír en vez
de aterrorizar al espectador se pierde mucho. Aun así, en
los últimos años han surgido realizadores en
Brasil que les importa el verdadero cine de terror y están dando pasos
importantes para recuperar el terror de antaño.
Supongo
que te refieres a realizadores, comprometidos con el género, como Petter Baiestorf, Denninson
Ramalho o Rodrigo Aragão.
¡Exactamente!
Acabas de mencionar a una generación que respeta el cine de terror. Es gente que disfruta de la mística del cine y, cada uno a su manera,
busca la originalidad. Además de
los citados añadiría a Liz Marins.
Con su personaje LizVamp ha creado un vampiro diferente,
con una filosofía y un carácter especial, al igual que
yo hice con Zé do Caixão. Aunque debo reconocer que los vampiros no son
mi fuerte. Dentro de mi familia es la
que se dedica exclusivamente al arte. Además, ha creado una
historia donde Zé do Caixão y LizVamp son padre e hija, como en la vida real, y
creo que es la primera vez que sucede algo similar en la historia del cine,
probablemente la primera vez...
Denninson Ramalho, por ejemplo,
estuvo trabajando en tu última película hasta la fecha, Encarnação do Demônio (2008), como guionista y ayudante
de dirección. ¿Has tenido oportunidad de ver su perturbador cortometraje Ninjas (2010)?
He visto
una parte, pero no entero. El día que asistí a su proyección, por desgracia, estaba con otras personas que me
reclamaron por diversas cuestiones y tuve que abandonar la sala. Pero estoy
esperando una nueva oportunidad de ver el cortometraje entero y espero que sea junto
a él, así luego podremos comentar su trabajo.
Como te
comentaba anteriormente, están creando su
camino. Hay cosas de sus
películas que me gustan, y otras no tanto, pero es una cuestión de gustos, no de
dirección o de cómo trabajan. Y en líneas generales, son representantes legítimos del cine brasileño, los pocos dentro del género de
terror, y eso es lo que importa.
Justamente al lado de ambos estás trabajando
en la película colectiva As fábulas
negras, proyecto creado por Rodrigo Aragão y que consta de cuatro
capítulos. ¿Qué te ha parecido dicho proyecto y que te ha animado a
involucrarte en él?
Hablábamos de nuestro
amor por el cine de terror, por nuestras leyendas, nuestra gente, y la
admiración que tenían ellos por Zé do Caixão. Ahí estuvo el impulso a la hora
de participar. Creo que va a ser un
proyecto muy exitoso y será bien
recibido en todo el mundo. Brasil
está creciendo en muchos sentidos y los estadounidenses
quieren saber qué hacemos y cómo somos
ya que no estamos imitando a las propuestas que llegan desde Hollywood,
Europa o de cualquier otro lugar.
Nosotros estamos tratando de realizar nuestro cine, de mostrar la verdadera
cara de Brasil dentro del cine de terror.
Tu
capítulo, que llevará por título O saci,
¿de qué trata? ¿Es un guion escrito por ti?
Está
basado en una leyenda brasileña.
Una historia que, generalmente, se usa
para asustar a los niños, pero ahora
también va a asustar a los adultos.
El guion está escrito por mí. Tuve total libertad para su escritura y cuando lo
presenté a todo el mundo le gustó.
Creo
que el rodaje ya está finalizado.
Sí. Se rodó el pasado
mes de marzo.
¿Qué
sucedió con tu trabajo en otro film colectivo llamado The profane exhibit? Ibas a dirigir un capítulo llamado Viral.
Fue muy complicado.
Su productor sólo consiguió una parte del dinero, incluso no pudo cubrir algunas cosas que
ya estaban reservadas para el rodaje conllevando algunas pérdidas económicas
para nosotros. Paulo Duarte,
escritor y productor, tuvo que pagar dichas reservas. Finalmente la
película no se hizo. Y dichos problemas me afectaron ya que
perdí otros trabajos por dar prioridad a The
profane exhibit. E incluso estuvimos esperando que llegara una parte de la
financiación para que Paulo Duarte cobrara el dinero que había puesto de su
bolsillo. Tras decenas de correos electrónicos que mi hijo mandó, ya que es mi
representante internacional, al final nada de nada. Nos tuvimos que rendir y
Pablo perdió su dinero.
En la actualidad, el editor del magazine estadounidense UltraViolent
Scott Gabey continúa trabajando en un libro sobre tu vida y obra. ¿Cómo
está actualmente dicho proyecto?
Scott va
avanzando, continúa escribiendo. Estuvo en Brasil la última vez hace dos años, entrevistándome, buscando datos e información
sobre mí, etcétera. Mi hijo Crounel se
comunica con él por e-mail y le
vamos ayudando. Espero que salga
pronto.
¿Será
un libro similar o más ampliado que Maldito,
a vida o cinema de José Mojica Marins, o Zé Do Caixão? Un libro sobre tu
figura escrito por André Barcinski e Ivan Finotti en el año 1998.
Estoy
seguro que será un libro más amplio que el de André Barcinski e Ivan
Finotti. Desde su publicación, hace ahora dieciséis años, han
pasado muchas más cosas. Mis películas, en estos últimos años, se han dado más a conocer fuera de Brasil; he realizado nuevos proyectos, como el programa de entrevistas que tengo en
el Canal de Brasil; terminé mi
trilogía en el 2006 con la realización
de Encarnação do
Demônio. ¡Hasta he cambiado de novia!
En
éste 2014 se cumple el 50 aniversario de uno de tus films más emblemáticos y de
culto a nivel mundial, À meia-noite
levarei sua alma (1964), dirigido e interpretado por ti. ¿Cómo te
involucras en aquel momento en una película de terror cuando provenías de haber
debutado como director de largometrajes con el western A sina do aventureiro (1958) y el drama Meu destino em tuas mãos (1963)?
Yo
quería hacer algo diferente, algo que nunca se hubiera hecho antes en Brasil. Entonces
tuve una pesadilla en la que era arrastrado hasta mi propia tumba. Fue
la inspiración que necesitaba para empezar a pensar en la película y dar forma al personaje de Zé
do Caixão. En aquellos años era difícil convencer
a la gente de que era posible
hacer películas de terror en
Brasil, así que terminé haciendo
yo mismo el personaje ya que, ningún actor, por
diversos motivos aceptó recrear el personaje de Zé do
Caixão. Sigo pensando que por miedo a ser ridiculizados.
Así
que decides ser tú mismo el protagonista de la cinta bajo el siniestro
personaje de Zé Do Caixão, un hombre
temido, de aspecto fúnebre, y en la actualidad de culto a nivel mundial.
Así es. Llegaba el
día de empezar a rodar y no tenía al actor para el papel. Además, en aquel
momento y por alguna extraña razón me había dejado crecer alguna uña más de lo
normal. Así que a última hora decidí incorporar
ésta característica al personaje y sacar yo mismo adelante
el proyecto.
¿De
dónde provenía tu afición por el cine de terror y cuales eran tus influencias
en aquel momento?
Mis
padres eran gerentes de un
cine y vivían en la sala del cine.
Desde muy pequeño veía películas de terror que estaban prohibidas
para los niños, quedé impresionado
con ellas. Entre los actores favoritos que tenía estaban Bela Lugosi y Boris Karloff.
La torre de Londres es una de
aquellas películas inolvidables para mí. Sin olvidar a Hitchcock, por supuesto. Fuera del cine de terror, los ojos tristes de Charles Chaplin
me marcaron y en mis películas siempre utilizo detalles de la expresión de los ojos.
¿Qué
impulsos tenías en aquellos años para tratar de una forma tan radical temas
como el significado de la vida, la existencia del ser humano o la vida a través
de la sangre? Temas que citas durante la película.
Mis
pensamientos, eso es todo. Mi
mente estaba repleta de dibujos
relacionados con temas inusuales
y creo que debido a la influencia
del cine, que veía desde que era un
niño, y los cómics, que siempre he
coleccionado. Yo no estudié cine, era algo para los más
ricos, y todo surgía de mi cabeza. Cosas que no podía explicar pero sí poner en
la pantalla.
¿Fue difícil coordinar el trabajo de actor y director?
Lo
llevaba haciendo desde la infancia, cuando mi padre me entregó mi primera
cámara. Mucha gente del cine trabajaba de esta manera en aquella época ya que
no había muchos especialistas y técnicos en Brasil.
¿Cómo
transcurrió el rodaje?
Mientras tenía
dinero todo iba bien... los
efectos eran innovadores y los resultados iban siendo buenos. Pero el final fue muy
difícil. El último día de rodaje, con un cielo tapado y una escena
en exteriores en un cementerio, los
técnicos no querían filmar. Yo no
podía permitirme otro día, así que
tuve que sacar una pistola de verdad,
pero sin balas, y amenazar a todo el mundo: o filmaban o empezaba a
disparar, les dije. Aprovechamos el paso de un entierro, como si los asistentes
fueran actores, llorando de verdad por la pérdida del difunto, y logré la
secuencia que necesitaba. ¡Al final tuve mi película acabada! ¡La pelea con los
exhibidores fue otra!
¿Cómo
fue su estreno en Brasil? ¿Y las reacciones de público y crítica ante una cinta
tan explícita? No creo que estuviesen acostumbrados a este tipo de películas…
Hubo la
típica reacción de amor-odio. Mientras algunos
críticos hablaron de ella como la obra de un loco y un pervertido, dichos
comentarios llevaron al cine a mucha otra gente. Lo cierto es
que las colas para ver la
película eran monstruosas.
Creo que una parte de su éxito fue causado por la controversia.
Y en algunos estados de Brasil la película fue
prohibida durante mucho tiempo,
debido principalmente a la acción
de la Iglesia
¿Había
en aquel momento en Brasil instaurado algún tipo de censura que te diera
problemas con la película?
Sí,
había censura. Fue justo
en el momento del inicio del
régimen militar. Pero lo bueno es
que Zé Do Caixão no era visto como
una amenaza política. Así que cortaron una escena y poco más, se pudo resolver bien la polémica
con la censura. En la
segunda película, Esta noite encarnarei no teu cadáver, tuve que cambiar el final. Zé pide
la cruz, como si aceptara a Jesús, pero en el guion original niega a Dios hasta el último momento. Finalmente fue
corregido en 2006, cuando rodamos la tercera película de la
trilogía. Mostramos a Zé atacando al sacerdote
con la cruz que había recibido entonces. Sí que tuve problemas
muy serios con la censura cuando decidí hablar acerca de las drogas, en el año 1968. La
censura fue más severa. No me
percaté que delante tenía un régimen militar, el cual no
admitía la cantidad de adictos a
las drogas que existían en Brasil.
Así que la película Ritual dos sádicos
fue prohibida y hasta dos décadas después no logré liberarla de su “secuestro”.
Finalmente se estrenó bajo el título O
despertar da bestia.
¿Se está celebrando algún homenaje en Brasil con motivo del cincuenta
aniversario de À meia-noite levarei sua
alma?
Sí. Desde el año pasado la película está siendo muy solicitada.
Además, hay planes para una gira especial
por todo Brasil donde iré junto a mi
hija y mi hijo. También se habla de una nueva versión de À meia-noite levarei sua alma, pero no he pensado mucho en ello, así que voy
a esperar para ver si recibo una
propuesta más concreta.
Diego L
Hola, Diego. Te he escrito en tres ocasiones y no sé si los has recibido. A lo mejor aparecen en la carpeta de spam. Estoy interesado en los 3 últimos números. Ya me dices algo cuando puedas. Un saludo
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